El cerebro detrás de la máquina
Publicado: 4 de junio, 2013
Detrás de cada máquina hay un humano que la fabricó. Sin duda el Ejército israelí es uno de los más avanzados del mundo en el campo tecnológico, desde vehículos no tripulados y hasta sistemas de purificación de agua son obra de los cerebros de las FDI.
“En la Escuela de Programación de las FDI capacitamos a los jóvenes cadetes para que puedan tener la gran idea de mañana”, nos cuenta Myr. Oron Mincha, Director del Área de Comunicación. En esta prestigiosa academia, a la que miles de nuevos reclutas intentan llegar pero sólo los mejores tienen la suerte de aplicar, se dictan distintos cursos para formar a las mentes que estarán detrás de cada uno de los avances tecnológicos de las FDI. “Nuestros programadores se integran en todas las fuerzas, desarrollando sistemas estratégicos, bélicos y administrativos”, explica Mincha.
Israel es conocido en el mundo entero por la gran concentración de startups, se exporta al mundo entero tecnología de todos los ámbitos que mejoran nuestra vida. “Detrás de la mayoría de los grandes inventos está alguno de nuestros egresados”, nos cuenta el Myr. Mincha y continúa explicando que la tecnología es la base de una sociedad moderna y avanzada. Según un estudio de The Marker el 29% de los emprendedores del High Tech israelí han servido en alguna de las unidades tecnológicas de las FDI, mientras que el 36% de los empleados en el mercado de las startups proviene de unidades de la misma índole.
Imagen: Bemahane
El servicio en las FDI le da la oportunidad a los jóvenes de adquirir las herramientas para luego tener un gran éxito en la vida civil diseñando una sociedad avanzada y con hambre de alcanzar nuevas metas. “Paradójicamente, a pesar de estar dentro de un sistema jerárquico y militar, aquí incitamos a los cadetes a equivocarse y superarse cada vez más. Queremos motivarlos a romper las estructuras y pensar fuera de la caja, sólo así podrán tener la cabeza abierta para sorprendernos con la nueva genialidad”, nos comenta una de las instructoras de la escuela.
El Centro de Cómputos y Sistemas de Información - MAMRAM por su acrónimo en hebreo - integra en sus filas a soldados de todos los segmentos sociales, “si queremos diseñar una sociedad moderna y tecnológica debemos poner especial hincapié en dar las oportunidades a todos - mujeres y hombres, religiosos y laicos, inmigrantes de Etiopía, beduinos - a todos”, comenta otra instructora. MAMRAM es una marca de calidad no sólo por la unidad en sí misma, sino por las personas que la componen.
UNA PEQUEÑA CLASE DE HISTORIA:
En el año 1954 se construyó la primer computadora de Israel en el centro de investigación científico Weizmann. Al Ministerio de Seguridad y al Ejército se le proporcionaban sólo algunas contadas horas semanales en las que podían utilizar el innovador artefacto.
Las pocas horas de cálculo limitaban a los operadores del Centro de Mecanización y Estadísticas de las FDI que desbordaban en trabajo.
En 1958, el Estado Mayor nombró una comisión para que evaluara la posibilidad de adquirir la primera computadora de las FDI. Esta decisión no pasó desapercibida, muchos miembros del Estado Mayor se opusieron rotundamente a semejante gasto. El entonces comandante de las Fuerzas Aéreas, Ezer Weizmann dijo: “denme el dinero y construyo otra pista en Hatzerim. ¿Quién va a contribuir más, él con el ordenador o yo con otra pista?” dirigiéndose al entonces Jefe de la Dirección de Operaciones, Yitzhak Rabin.
En abril del 59’ la comisión propuso tres alternativas para las compra de un ordenador, IBM 709, Remington Rand 1105 y la Philco 2000. Un año más tarde la misma comisión viajó al centro de cómputos de Philco en San Francisco para evaluar su nuevo modelo, el 211, que terminó por ser el primer ordenador de las FDI.
En abril del 61’ el cuarto construido especialmente para el ordenador ya estaba listo para el arribo del gigantesco aparato en el aeropuerto de Ben Gurión que marcaría el comienzo de una nueva era en la tecnología de las FDI. El entonces Myr. Grl. Rabin le respondió a la irónica inquietud que había planteado Weizmann en el acto inaugural de la primer sala de cómputos: “el ordenador en el sistema de seguridad y en las FDI tiene dos propósitos. Un objetivo muy general y el segundo compuesto por varios puntos concretos [...]. El objetivo general es introducir a las FDI en el mundo informático y electrónico. Este mundo es una parte integral del desarrollo y la nueva conceptualización de lo que es un arma, lo que llaman Weapon System. El uso del ordenador nos proporcionará la fuerza de disuasión y la acumulación de los conocimientos y capacidades de enfrentar los avances en el mundo convirtiéndonos en un ejército moderno”, resumió Rabin en su visionario discurso.
Casi insólito resulta pensar que hace cinco décadas usábamos un ordenador del tamaño de una habitación y con una memoria casi 4,000 veces más pequeña de lo que pesa hoy una canción en nuestro ipod, y ahora, gracias a aquella visionaria decisión de invertir en el desarrollo e investigación tecnológico, tenemos hasta cámaras del tamaño de un insecto capaces de grabar videos y audio.